Asado y Tango

Daniel Melingo presentó su disco lunfardo Maldito tango


Clarín

El concierto de Daniel Melingo es una puesta en escena del tango y sus estereotipos.

Con su repertorio lunfardo, Melingo se bambolea durante una hora y media en un paso que recuerda el andar de Pepe Galleta (aquella creación de Biondi), pero que el músico reconoce haber copiado de Tangarica.

A través de un canto grave y cavernoso, ubicado en un primerísimo plano hasta el límite de la parodia, Melingo parece reírse de todo. Y ese todo incluye a él mismo y al tango.

Pone voz de locutor del Glostora Tango Club, se saca los zapatos y las medias, habla por teléfono por el zapato al estilo Superagente 86, camina y silba como en una película de Alberto Castillo, juega con su hijo que corretea libremente por el escenario, imita a la momia de Titanes en el ring, baila un chamamé desaforado en Julepe en la tierra y dedica el sombrío Eco il mondo a Claudio De Alas, "poeta colombiano que en Buenos Aires, en 1914, se suicidó... dos veces".

En varios pasajes, el tono de la performance y el humor remiten al Melingo de la época de Los Twist.
Su presencia es impactante: los pelos revueltos y canosos, la mirada desorbitada y esos tangos lunfardos que raspan en la desolación, en el paisaje social pintoresco pero descompuesto, en la alta noche y el bajo fondo.

Melingo musicaliza e interpreta poetas como Carlos de la Púa, Dante Linyera, Celedonio Flores, Enrique Cadícamo y Luis Alposta.
Se apropia de esos versos y define una estética que el personaje que ahora está cantando como un demente o un payaso arrabalero termina de completar.

Rodean a Melingo Leandro Schneider en bandoneón, Hernán Reinaudo en guitarra, Jorge Ioiotile en contrabajo y Rodrigo Guerra en instrumentos varios (trombón, banjo, serrucho) y, como invitado en el tema Pequeño paria, Jaime Torres en charango.

Melingo, sin embargo, parece no registrar a nadie: está metido en su show, va del kazoo al clarinete, de la guitarra al micrófono, dirige el coro del Avenida como un líder desenfrenado, se tira al piso, salta, se saca el traje y se queda en camiseta.
Al final, como un ídolo de masas, arroja su media al público.

0 comentarios: